Todas las empresas independientemente de su tamaño
y del sector donde realicen su actividad necesitan abastecerse de una serie de bienes para
llevar a cabo su actividad y que van a
permanecer en la empresa por un periodo de tiempo superior a un año, nos
referimos al inmovilizado.
El inmovilizado de la
empresa está compuesto por bienes propiedad de la empresa, necesarios para
el desarrollo de su actividad, estos pueden ser tangibles como edificios, ordenadores,
elementos de transporte o intangibles
como es el caso de los software
informantico
Prácticamente todos los elementos de inmovilizado que posee
una empresa sufren una depreciación progresiva e irreversible de valor a lo
largo del tiempo, debida al paso del tiempo, al uso del bien, o al el envejecimiento tecnológico
(obsolescencia tecnológica).
Esta
depreciación o pérdida de
valor del inmovilizado que se va teniendo con el tiempo se le llama amortización del valor del elemento
de inmovilizado se registrará en la contabilidad de a la empresa a través de un
asiento de amortización.
La amortización contable se puede interpretar como una reserva
de dinero que va acumulando año a año con el fin de recuperar la
inversión inicial antes de que deje de ser utilizada por llegar al
final de su vida útil, de manera que con esa reserva, la empresa podrá ser
capaz de realizar la inversión que conlleva el deshacerse del inmovilizado
actual y adquirir uno nuevo que lo reemplace, una vez que el actual deje de ser útil o deje de funcionar.
La amortización es una
cuenta de gasto que se utiliza con el fin de repartir la pérdida del valor del
bien comprado entre todos los ejercicios en el que éste va a ser utilizado, en
vez de declarar una pérdida enorme al final de su vida útil, es decir, refleja
las pérdidas de valor del inmovilizado año a año. Asimismo, la amortización
contable, y su imputación se muestra como un menor valor del Activo de la
empresa de tal manera que los bienes aparezcan en el Balance por su valor real.
A través de la amortización contable
se busca indicar en qué medida el elemento ha contribuido a obtener ingresos debido
a su participación en el proceso
productivo por lo que, se incorpora como gasto de ejercicio a la cuenta de
resultados, pero a diferencia de otros gastos, no supone una salida de efectivo
La amortización fiscal
aunque también hace mención al inmovilizado de la empresa, no tiene la misma función puesto que su naturaleza es
totalmente distinta.
La amortización fiscal, trata acerca del gasto deducible que ocasionan las
amortizaciones dentro de la cuenta de resultados, es decir, la cantidad de
amortización que la empresa puede deducirse durante el ejercicio y pagar más o
menos impuestos dependiendo de cuáles sean sus circunstancias, para ello, en España la legislación facilita
una serie de tablas de amortización con
coeficientes lineales y períodos de amortización máximos de los elementos del inmovilizado .
Es importante
señalar que para que una amortización sea fiscalmente deducible debe en
general, estar contabilizada
Por lo tanto la
amortización fiscal y la contable no tienen porqué coincidir siendo fundamental conocer
las diferencias entre ambas puesto que dichas diferencias generan unas diferencias
temporales (debido
a la aplicación de un criterio distinto en la imputación temporal de los gastos) que afectan al cálculo
del Impuesto de Sociedades y este hecho puede provocar desajustes en el balance
de cuentas de la empresa.