En la actualidad, en un país en crisis, que está poniendo
todo y a todos patas arriba, donde nos hemos quedado sin trabajo o si lo
conservamos lo hacemos de manera precaria, donde hasta los 35 años sigues
siendo empleo juvenil y a partir de los 40-45 años ya no sirves para trabajar
porque eres ya muy mayor y el empresariado español ya no te ve con buenos ojos,
y teniendo que cotizar 35-38 años para poder cobrar en el futuro una pensión, ¡no
habrá que malabares sino milagros!, para poder llegar a ellos, pero ese es otro
tema que abordaremos otro día.
Ante estas expectativas solo nos quedan dos alternativas:
emprender o emigrar como en los años 60, cosa que no tiene nada de malo, pero
hay que tener en cuenta que no estamos hablando del mismo tipo de mano de obra
que en aquel entonces, y es inaudito que
el estado español nos haya pagado una educación a través de los impuestos que
pagamos todos los españoles religiosamente y ahora nos vayamos a dar los frutos
a otro país, ante todo esto, el
autoempleo se convierte para muchos, en una buena alternativa para desarrollar la
capacidad laboral de una manera estable
y productiva o, al menos es una opción a considerar.
Así que, ¡por qué no intentarlo! si sale mal empezaremos
desde el principio “buscando un trabajo”. Si bien, tendremos que considerar
algunos aspectos:
Lo primero es que para emprender lo debemos de hacer
siempre con la cabeza fría, tendremos que pensar TODAS las cosas muy bien, ya
que luego no podemos volver atrás sin tener consecuencias.
No debemos olvidar que para que las cosas funcionen hemos
de dedicarle tiempo, trabajo, trabajo y más trabajo.
No queramos empezar regentando otro Corte Inglés, otro
Zara, empieza siendo pequeño y ve creciendo poco a poco.
Tampoco debemos pensar que desde el mismo momento que
invierto el primer euro voy a obtener beneficios, las cosas llevan su tiempo.
Analiza bien el entorno en el que te vas a mover, esto te
permitirá conocer una serie de oportunidades y amenazas del entorno que te
rodea.
Búscate un socio: al
emprender nos podemos encontrar con que no tenemos el capital suficiente
para hacerlo, principal motivo para buscar un “socio”. Piensa que hay dos tipos de socios: el capitalista, aporta dinero y casi no interfiere en el día a
día de la empresa, y el que invierte capital y además trabaja en el negocio. La atención hay que ponerla en este último,
porque va a formar parte de todo el proyecto. Contar con un socio puede
aportar beneficios, como contar más capital, tener conocimientos de otras áreas como informática,
contabilidad, etc. incluso puede ser beneficioso repartir funciones y
responsabilidades. ¡Piensa lo que necesitas!.
Respecto de los recursos, busca recursos en la familia,
buenos amigos, existen también múltiples recursos disponibles en las Comunidad
Autónoma que facilitan el camino al emprendedor, ¡eso si! no cuentes con ellos
para empezar, ¡A saber cuando los recibes!
Ahorra en costes: ahorrar en costes mejora la
rentabilidad, utiliza software libre ahorra en papelería, fax, llamadas, limpia
tú mismo el negocio, y controla los que no puedas obviar, son pequeñas cosas
pero te ayudaran. Y no Olvides: “No hay mejor Ahorrar que poco Gastar”